Las esculturas que le fueron encargadas por el Ayuntamiento de
Barcelona en diciembre de 1912 y que se completaron en 1915 debían tener
un carácter bien distinto.
Una es la que da nombre a la Font de la Pagesa,
o de la labradora, la cual incorpora a la iconografía monumental urbana
una figura femenina, de pie y aislada, que debe de corresponder a la
que protagoniza la conocida fábula de la lechera, frecuente en las
diversas recopilaciones que se hicieron en los siglos XVIII y XIX y que
fueron ampliamente popularizadas. El escultor la transcribió como una
payesa acomodada, frecuente protagonista de la literatura y el teatro
catalán de aquella época. Los recipientes volcados a sus pies, además de
facilitar la identificación del tema, permiten dar más amplitud a la
base de apoyo de la figura. Debe destacarse la esmerada transcripción
que el artista realizó de los detalles de la indumentaria, que el
espectador sólo podrá apreciar tras una atenta observación".
(Fuente: joanherrera.blogspot.com según https://sites.google.com/site/barcelonamodernista/fuente-de-la-pagesa)
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