Cuando realmente se puebla el barrio fue durante el siglo XVIII. En el siglo XIX cambió considerablemente: sufrió la exclaustración de 1835 y las fábricas fuerón sustituyendo a los conventos y sus huertos. Bernardí Martorell fue uno de entre los muchos industriales de la época que aprovecharon esta zona sin construir para comprar terrenos y edificar sus fábricas.Según Federico Bravo Morata en "Los números de las calles de Barcelona", no le fue fácil realizar su obra. El pueblo vio con malos ojos la desaparición de sus fértiles pedazos de huerta y se resistía a que la industria avanzase sobre la agricultura en una zona que irreversiblemente estaba destinada a ser ciudad y no campo. Pero cuando la fábrica empezó a absorber mano de obra con jornales superiores a los que venían cobrándose en las huertas, Bernardí Martorell comenzó a ser comprendido, admirada y queridooOtro cronista de la época, Joan Amades, afirma que Bernardí Martorell era un jefe muy duro y cruel con los obreros. Nunca quería escuchar acerca de reivindicaciones ni de ningún tipo de reclamaciones laborales. En una de las rebeliones del siglo pasado cuenta que se le presentó un grupo de trabajadores armados. A raíz de este suceso cerró la fábrica y construyó en su lugar la casa que está situada en la entrada del pasaje.
El nº 99 de la calle Hospital es un edificio entre medianeras con una planta baja y cinco pisos. Incluye en sus bajos el acceso al pasaje con un arco de medio punto enmarcado por semicolumnas y un enta-blamento.La fachada destaca por la profusión de elementos decorativos de tierra cocida tanto de tipo vegetalcomo narrativo -niños dedicados a trabajos industriales- en los balcones del principal. Este pasaje pertenece al grupo de pequeños ejes cubiertos de comunicación mar-montaña que aparecieron a mitad del siglo XIX, como el pasaje 1800, el pasaje del Crédito, el pasaje del Reloj, etc. Cumple una funciói comercial Importante: peluquerías, cafés, bazares de muebles, locutorios. Al otro extremo del pasaje, esquina con San Rafael, un restaurante llamado El Cafetí recuerda la Barcelona de otro tiempo, la Barcelona bohemia. Su decoración evoca la Barlona modernista y recuerda el calor del hogar. los propietarios respetaron la decoración que encontraron hace 17 años y lo restauraron. Enfrente, una placa recuerda la existencia de una farmacia sustituida hoy en día por un colmado paquistaní".
Ver: http://www.fad.cat/raconspublics/pdfs/bmartorell_historia.pdf
(Ver Mapa)
Grácias a
Fèlix Badia por aportar:
"Magnífico
artículo. Sólo añadir que el edificio en el que hay una tienda de
muebles es notablemente más bajo que los que le rodean y no se
corresponde con su estilo. La razón es una bomba que cayó en el durante
la Guerra Civil y que destruyó el inmueble."
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