29 may 2017

03/11/2016 Convent dels Àngels III: Interior de la Capilla

Interior de la Capilla durante la exposición "Santa Comida"
"Con una obra multidisciplinaria entre el happening y la instalación participativa, Miralda ha hecho del comer su eje creativo. Una actividad tan universal y, al mismo tiempo, tan particular de los distintos grupos humanos le sirve para llevar a cabo una crítica política y una deconstrucción etnológica de prejuicios y esquemas en un mundo global. Utilizando una iconografía de estética kitsch y barroca en piezas de grandes dimensiones, apuesta por un lenguaje vital que celebra los sentidos, los colores, la fiesta, el juego, la imaginación y la vida. Como escribió Umberto Eco en 1985: «Miralda corre por todo el mundo para recrear el viejo ritual de la celebración.» Santa Comida es una instalación de múltiples elementos que reflexiona sobre el traspaso de culturas de un punto a otro del planeta. La obra se refiere a la cultura afrocaribeña y se centra especialmente en el legado cultural de los esclavos africanos que conforma algunas de las subculturas populares en la América actual. Como el propio título indica, Santa Comida trata de la comida ofrecida a las divinidades Orisha, dioses de la región africana Yoruba que constituyen un ejemplo de supervivencia transcultural tras su llegada a América. La cultura yoruba, originaria del golfo de Benín, en la costa oeste africana, ha mantenido sus creencias a lo largo de varias generaciones que llegaron a Cuba, Brasil, Haití, Puerto Rico, América Central y Estados Unidos a través de la su asimilación con el santoral católico. Se trata de un fenómeno de acusado sincretismo que se encuentra en el origen en la llamada santería. Cocina y religión coinciden en la vida cotidiana de los yoruba hasta el punto de que gran parte de su supervivencia como cultura se debe a su ritual en torno a la comida: un ritual festivo en el que se ofrece a cada dios Orisha los alimentos que le son propios según sus atributos.
Santa Comida consiste en siete altares dedicados a las divinidades Orisha más destacadas. A medida que el espectador se desplaza, cada altar muestra una imagen de la divinidad yoruba y sus equivalentes en el culto cristiano. Una serie de comidas y productos alimenticios vinculados a los dioses yorubas enmarcan los altares: Osun come boniato hervido, besugo frito, pasteles y piña tropical; Babalú Ayé come codornices cocinadas, caña de azúcar, cocos de agua y cacahuetes; y así hasta siete divinidades. Un color para cada altar refuerza el vínculo establecido con los distintos dioses, al tiempo que mantiene el elemento colorista y sensorial de las obras de Miralda. El artista adjudica al dios Elegguá los colores rojo y negro, a Oggún el verde, a Yemayá el azul, a Obatalá el blanco, a Shangó el rojo, a Osun el amarillo y Babalú Ayé el rosa. La instalación se completa con soperas, un objeto donde los yorubas suelen guardar piedras como símbolo de la fortaleza y el espíritu del dios, así como otros utensilios e imágenes religiosas propias de los rituales de santería. Finalmente, la obra se acompaña del tema musical Angelitos negros, que en su versión de bolero popularizada por Antonio Machín llegó a ser un himno contra la discriminación racial.
Santa Comida se presentó por primera vez en 1984 en el Museo del Barrio de Nueva York. Su director, John Mason, fundador de la Sociedad Yoruba de esa ciudad, colaboró con Miralda en su investigación y facilitó que la comunidad latinoamericana del Spanish Harlem interactuase con la instalación. En la publicación que acompañaba la muestra, Mason escribió: «Entre 1500 y 1865, llegaron a Cuba y Brasil cerca de doce millones de esclavos africanos, la mayoría procedentes de la costa oeste. [...] Shangó (dios del fuego y rey guerrero) es transculturalizado en Santa Bárbara; Obatalá (creador primigenio) en Nuestra Señora de la Merced; Oggún (arquitecto de la civilización) en San Juan Bautista y San Jorge.»

Ver: http://www.macba.cat/es/santa-comida-0508

































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