Los ensanches fueron un tipo de urbanismo planificado y signo de modernidad
Barcelona
Cuando se habla de ensanches uno piensa en el famoso Eixample barcelonés. Pero aquel urbanismo planificado fue un signo de modernidad que se dio en otras ciudades, y en otros enclaves dentro de la propia Barcelona. Este sería el caso de este ensanche inusual, apenas media docena de calles, con sus esquinas redondeadas y sus edificios de finales del siglo XIX, incrustados, casi encajados con calzador en el Raval.
Cuando se habla de ensanches uno piensa en el famoso Eixample barcelonés. Pero aquel urbanismo planificado fue un signo de modernidad que se dio en otras ciudades, y en otros enclaves dentro de la propia Barcelona. Este sería el caso de este ensanche inusual, apenas media docena de calles, con sus esquinas redondeadas y sus edificios de finales del siglo XIX, incrustados, casi encajados con calzador en el Raval.
La historia de este entorno comenzó en 1835, al estallar una revuelta
en la plaza de toros del Torín que acabó con la quema de conventos. Los
del Carme y Elisabets fueron incendiados y desamortizados hasta ser
finalmente destruidos, el primero en 1874 y el segundo en 1880. Sobre
aquellos dos solares se trazaron las nuevas calles de Pintor Fortuny,
Doctor Dou, Notariat, pasaje Elisabets o Montjuïc del Carme. Este
proyecto urbanístico dividió el espacio en islas rectangulares de
esquinas truncadas, y parcelas de unos dieciséis metros de frente, sobre
las cuales se edificaron casas de vecinos con planta baja de uso
comercial y cinco pisos, en un estilo muy homogéneo de fachadas
realizadas en estuco imitando piedra.
El eje vertebrador de este vecindario fue desde el principio la calle
de Pintor Fortuny, aunque su trazado no era igual al actual. Entonces
era un callejón sin salida que terminaba en el pasaje Elisabets, y más
tarde en la calle Xuclà. El tramo que le une a la Rambla no se pudo
completar hasta 1932, cuando los almacenes El Siglo que lo ocupaban
sufrieron un violento incendio. Las casas de esta calle son de firmas
conocidas en la arquitectura de la época.
Doctor Dou posee un aire afrancesado, de árboles rectilíneos y
volúmenes regulares. Esquina con Pintor
Fortuny, está la Casa Marcel·lí Lluís Oriol, obra de Ramon Soriano i
Tombas, que aloja el restaurante La Flor de Maig. "
Ver: https://elpais.com/ccaa/2015/07/24/catalunya/1437767669_479982.html
Carrer Doctor Dou, 4
A la Casa Marcel·lí Lluís Oriol se accede por un suntuoso vestíbulo situado en un anexo que la separa del edificio del número 2 del carrer Doctor Dou.
Ver: https://elpais.com/ccaa/2015/07/24/catalunya/1437767669_479982.html
Carrer Doctor Dou, 4
A la Casa Marcel·lí Lluís Oriol se accede por un suntuoso vestíbulo situado en un anexo que la separa del edificio del número 2 del carrer Doctor Dou.
Guauu! vaya vestíbulo!! que preciosidad!!
ResponderEliminarEra la escalera de acceso, la primera planta la ocupaba la comisaría de policía sobre ella vivía un amigo de la escuela, por eso la conozco a fondo https://lostbarcelona.blogspot.com.es/2013/06/el-precio-de-la-moda-bicicletera.html
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