Es
una muestra de las antiguas farmacias modernistas que han quedado en
Barcelona y es el resultado de una reforma que efectuó el arquitecto
Antoni Serrallach, un arquitecto poco conocido, autor de edificios, en
este estilo, en la misma Barcelona, en L 'Hospitalet de Llobregat y en
Vilafranca del Penedès.
En
su decoración intervinieron, entre otros, el escultor Carreras, los
vidrieros Rigalt y Cía., el cerrajero Ballarin, los marmolistas Juyol y
el mosaicista Maragliano. La inauguración de la reforma tuvo lugar a
finales de 1900.
Esta farmacia en su día, año 1901, mereció que se publicaran fotos suyas en la revista Arquitectura y Construcción."
La Rambla, 38
por fuera no parece que haya esa maravilla dentro
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