Las pinturas murales, que simulan vidrieras, son de finales
del siglo XIV y representan a un ángel, a santa Inés y a san Bartolomé. Los vitrales
de la cabecera fueron realizados por Jeroni Granell en 1958.
Tras el altar mayor se ha colocado el retablo de San Miquel
procedente de la Pobla de Cérvoles. Se debe a la mano de Bernat
Martorell, afamado pintor de la primera mitad del siglo XV y maestro
del estilo gótico
internacional."
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