Es de mármol blanco,
tiene un magnífico frontal esculpido en torno a 1220, y es una de las piezas
más excelentes de la escultura románica catalana.
En él se representan seis escenas de la vida y martirio de
Santa Tecla que flanquean la mandorla central donde se representa a la Santísima Trinidad: Jesucristo
bendice a la Santa, Dios Padre simbolizado en la Dextera
Dei nimbada, y el Espíritu Santo en forma de paloma que aletea.
Los episodios referidos a la Santa aparecen en
compartimentos dispuestos en dos registros horizontales: a la izquierda se
representa a Tecla de Iconio, prometida a
Tamiris, quien desde una ventana de su casa escucha a Pablo que predica sobre
la virtud de la castidad.
A continuación, Tecla, impactada por la plática del apóstol,
ofrece a Cristo su virginidad; después,
acusada ante el tribunal del gobernador, se le condena a la hoguera de la que
se libra milagrosamente.
En las secuencias de la derecha figura la Santa entre fieras
salvajes amansadas; bautizándose a sí misma al sumergirse en un estanque
repleto de sabandijas y serpientes venenosas; finalmente se escenifica a Tecla cuando, liberada de sus
suplicios, es puesta en libertad y recibida en la mansión de la reina Trifena.
La última escena evoca su muerte en Seleucia, rodeada de sus
allegados, mientras dos ángeles
entregan su alma al cielo en forma de paloma."
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