“La nave principal termina en un ábside semicircular
que sorprende por sus dimensiones. Tiene la sobriedad de los ábsides románicos,
pero en cambio encontramos grandes ventanales góticos, que iluminan su
interior. Estos fueron tabicados a finales del siglo XIV debido a los
constantes conflictos bélicos en que estuvo involucrada la ciudad. Por encima
de las ventanas podemos ver algunas aspilleras y almenas, reforzando su
carácter defensivo.”
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