- El autor del CLIP es Raimon Duran Reynals. Antes de investigar su trayectoria veía la obra que nos concierne como un ejemplo característico de una época, pero ahora, con más datos en mi haber, no salgo de mi estupor al haber comprobado su carácter conclusivo, su función testamentaria en una singladura al sintetizarla no sólo desde lo arquitectónico, sino desde la extraña capacidad de tener casi el don de la omnipresencia y ser invisible.
Entre Córcega, Lepanto, Industria y Padilla destaca un edificio que ocupa una entera manzana. El bloc CLIP, las siglas corresponden a cada una de las calles mencionadas, se gestó entre finales de los cuarenta y principios de los cincuenta. Uno pasa tanto por sus alrededores que debe hacer un esfuerzo para comprender su voluntad totalizadora, una invasión de obra vista y piedra anaranjada complementada desde una vertiente más clásica con balaustradas, pilastras y arcos de medio punto.
A simple vista lo descomunal del CLIP no llama la atención, como si su funcionalidad buscara una discreción contradictoria dada su inmensidad. Siempre me chocó su estilo, integrado en esa mezcla tan típica del período consistente en reformar la simplicidad del Noucentisme con elementos de claro tinte racionalista llevados al extremo por sus simetrías más que precisas, de cierto aire fascista.
Este tipo de arquitectura llena buena parte de la ciudad y es bien visible en algunos segmentos del centro, donde adquiere un punto monumental exento de aprecio popular. Pienso en el sector entre plaça de Catalunya y la esquina de Gran Vía con passeig de Gràcia, repleto de una gigantomaquia dictatorial entre las reformas de la sede de Teléfonica y el Banco de España, a los que debemos sumar el antiguo Rural y Mediterráneo, hoy en día el Zara por excelencia, el Vitalicio y la fuente entre ambos. El otro segmento donde esta tendencia tiene eco es en la vía Laietana, donde se confunde con el espíritu original de la avenida, de ambición estadounidense.
El autor del CLIP es Raimon Duran Reynals. Antes de investigar su trayectoria veía la obra que nos concierne como un ejemplo característico de una época, pero ahora, con más datos en mi haber, no salgo de mi estupor al haber comprobado su carácter conclusivo, su función testamentaria en una singladura al sintetizarla no sólo desde lo arquitectónico, sino desde la extraña capacidad de tener casi el don de la omnipresencia y ser invisible.
Duran Reynals nació y murió en Barcelona. Desde su juventud estuvo en contacto con los grupos creadores de cierta modernidad en su oficio. Junto a Florensa, Los Puig Gairalt y Francesc Folguera fue partidario de una depuración formal basada en Brunelleschi. En cierto sentido esta primera etapa conecta con su segundo compromiso estético a través del GATPAC, del que fue fundador para abrir una senda más acorde con los cánones internacionales del momento y que tuvo en Josep Lluís Sert a su máximo exponente.
Lo curioso es recorrer la obra de nuestro protagonista y localizarlo siempre en el sitio justo, lo del momento sería más discutible. Su último periplo, de 1939 hasta su fallecimiento acaecido en 1966, nos lo sitúa en el bando de los vencedores de la guerra, pero eso tampoco es un reproche, pues si se analiza el trabajo trazado durante el primer Franquismo se percibe un enlace natural con las siguientes escuelas, esenciales si se quiere comprender la importancia de Barcelona en el panorama arquitectónico contemporáneo.
Duran Reynals, prometo no empezar ningún párrafo más de este modo, nos contempla con el Palau de les Arts Gràfiques de la Expo de 1929 en Montjuic, actual Museo de Arqueología y nos saluda de viaje con su vestíbulo de la estación de Francia mientras indica los preludios del CLIP en la casa Espona entre Roger de Llúria y Diagonal. Esta obra, de 1934, contiene las bases del futuro extendido al lado de la Sagrada Familia. Una calle más arriba , en la esquina con Córcega, tiene la casa Cardenal, de 1940.
Todos estos puntos del mapa son transitados infinitas veces a lo largo de la semana, como la Torre Muñoz de passeig de Gràcia. Sin embargo, es posible que sufriera una maldición para anular sus estallidos. En los bajos del Espona está el Bauma, y, pegadito a la Muñoz, el Palau Robert captura a los peatones. Con el CLIP ocurre algo similar, pues se halla entre avinguda Gaudí y els jardins de la Industria. Su encajonamiento, ya ven la proliferación de paradojas generadas, lo sitúa en la categoría de esa carta robada de E.A. Poe, tan al alcance, tan a la vista inminente de nuestros ojos que permanece vetada para ese sentido primordial."
Ver: http://catalunyaplural.cat/es/el-bloque-invisible/?fbclid=IwAR1xHE4dGwoMupcvaVerMIgyq9i-PtXabJ879GwAnn6uHeMf21-Xg2pzrb4
"Conjunto de viviendas que ocupa toda la isla, describiendo una manzana cerrada y compacta, con un patio en medio. La obra es de los años 1949-53. La composición de las fachadas utiliza un lenguaje académico sobrio, que incorpora elementos de raíz clásica. Combina la piedra con el ladrillo visto."
Ver: http://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=3681
Lepant, 334-348 / Còrsega, 571 - 597 / Indústria, 122 - 136 / Padilla, 301 - 317
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