"Por aquella época el arquitecto trabajaba ya en la cripta de la
Colonia Güell, donde ensayaba nuevas técnicas y osadas soluciones
formales. Cierto, la torre Bellesguard es neogótica, con una clara
voluntad historicista aparentemente poco proclive a las innovaciones.
Cuando recibió el encargo, en 1896, de construir una villa por parte de María Sagués y Molins, viuda de Figueras -adinerada familia dedicada a la
fabricación de sémola-, Gaudí encontró todavía en el lugar restos del
antiguo palacio de verano del último rey catalán, Martí l'Humà, que lo
había mandado constuir hacia 1410. Al parecer fue el secretario real,
Bernat Metge, quien bautizó el paraje con el sugestivo y poético nombre
de Bellesguard.
Tanta densidad histórica debió de influir poderosamente en Gaudí, el
cual construyó una muralla almenada utilizando en parte la antigua, por
más que el nuevo edificio ya no fuera una fortaleza, sino una pacífica
torre de veraneo.
La torre Bellesguard pertenece hoy (2006) a la familia Guilera. Joan Guilera recuerda
vivamente cuando la compró su padre, en 1945, y cuánto pagó por ella:
1.400.000 pesetas. De hecho fue Joan, que entonces contaba 14 años,
quien llevaba esa cantidad en metálico para pagar al anterior
propietario, Emilio Bordoy. La casa está coronada por la inconfundible
cruz de cuatro aspas. Por encima de la entrada principal hay una vistosa
linterna en forma de estrella metida en una suerte de nicho. "Aunque no
llegaron a ponerse las figuras de la cueva, es la estrella de Belén",
informaba Guilera el pasado viernes. De hecho, las alusiones religiosas,
en especial a la Virgen, son constantes en los forjados.
La casa fue durante un tiempo una clínica privada de maternidad. Luis
Guilera era médico, responsable del servicio de oncología del hospital
de Sant Pau. En la primera planta instaló la clínica y en la segunda, su
residencia. Hoy el conjunto se halla dividido entre varias ramas de la
familia. De hecho, la torre Bellesguard no estuvo acabada hasta 1912.
Pero Gaudí había dejado la obra tres años antes, llamado por la misión
divina de alzar la Sagrada Familia. Acabó el trabajo Domènech Sugranyes.
Los coloreados bancos del jardín, realizados en trencadís, son
obra suya, así como los abundantes forjados de la fachada. La verja de
la entrada es como una red de hierro, medievalizante y a la vez
práctica: parte de ella se abre independientemente para habilitar el
paso de personas, mientras que abierta del todo permite el paso de
vehículos.
Durante el Año Gaudí los Guilera llegaron a un acuerdo con el
Ayuntamiento para permitir visitas de la casa en horario convenido. Pero
hay que decir que la verja siempre ha estado abierta de par en par y el
paseo por el sugestivo y misterioso jardín siempre ha sido tolerado por
los propietarios, conscientes de que viven en una joya histórica que
permite entender muchas cosas del llamado arquitecto de Dios. Los
desvanes por ejemplo: son abovedados como los de la Pedrera. De hecho,
toda la casa está construida a base de arcos superpuestos, como
silenciosas plegarias elevadas al cielo."
Ver: https://elpais.com/diario/2006/07/03/catalunya/1151888857_850215.html
(1) El artículo original en El País se lo atribuye erroneamente a Maria Sobrequés. Merci a Lídia Sender Ar por darse cuenta y advertírmelo
La torre Bellesguard —projectada per Antoni Gaudí i Cornet i construïda entre 1900 i 1909 per encàrrec de Maria Sagués Molins, vídua de Jaume Figueras
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