"Fábrica de Relojes de torre para iglesias, Ferrocarriles, Fábricas y casas de campo. Relojes de vigilancia, telégrafos eléctricos y aparatos científicos", era el nombre que utilizaba el suizo Albert Billeter para anunciar su establecimiento. Billeter había salido de La Chaux -de- Fonds en Suiza, donde había estudiado relojería, pasado por Italia y terminado en la Vila de Gràcia. Lo primero que hizo al llegar fue elaborar un gran reloj astronómico que mostraba el desplazamiento de la tierra y la luna respecto al sol, daba la hora local y la de 20 otros meridianos , entre otros datos. Sin pensarlo dos veces, Billeter envió una carta al Congreso de Madrid en la que, después de hacer ver que había una ”relojería nacional” que hiciera que España no se dependiera del extranjero, ofreció el reloj astronómico a cambio de una suma de dinero que le permitiera abrir un taller permanente. El Congreso le compró el reloj, que aún funciona y se encuentra en el Palacio del Congreso. Y debió ser toda una sensación para, acto seguido, la otra cámara de representantes, el Senado, encargó a Billeter la realización de un reloj astronómico aún mayor. Billeter tardó casi diez años en hacerlo y con las convulsiones políticas de la época, el Senado se desentendió y el reloj se quedó sin comprador. Con el tiempo, pasó a manos de la familia de carpinteros Moragues, autores del mueble del reloj. Cuando Billeter ya no estaba en Barcelona, el reloj fue expuesto en el Pabellón de Ciencias de Exposición Universal de 1888, donde ganó una medalla de oro. Más tarde, fue adquirido por la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, que aún lo posee. Billeter también fue el autor del reloj del Campanario de Gracia que fue cambiado en 1929, cuando fue trasladado al hotel de la Plaza España que hacía de entrada al recinto de la Exposición Universal de ese año. En 1952 fue desmontado del hotel y desde entonces se le ha perdido la pista. En 1865, Billeter construyó por encargo del Ayuntamiento el reloj de la Catedral de Barcelona, que aún sigue en funcionamiento".
Ver: http://www.routeyou.com/es-es/location/view/47914657/can-pardal-o-la-fabrica-de-relojes
"Las primeras pastillas Juanola son elaboradas en el año 1906 en la farmacia de Manuel Juanola Reixach, en pleno barrio barcelonés de Gracia. Manuel Juanola Reixach cursa la carrera de farmacia para continuar el negocio de la familia. Es en super propia farmacia ubicada en la calle Montseny..."
Ver: https://mtvo-bcn.blogspot.com.es/2012/11/barcelona-pastillas-juanola-de-la.html
Carrer Montseny 49, esquina con Torrent de l´Olla
De la antigua Farmacia Juanola solo resta el ángel modernista que sujetaba un farol.
No es fácil tener una buena perspectica de la esbelta torre que corona el edificio
Vista aérea: Google Maps
Gracias por su aportación a: Rosendo Muñiz Soler
"CARRER TORRENT DE L'OLLA
En
la antigua villa de Gracia, los propietarios de tierras diseñaron a
partir del año 1830 un sistema de aparcelamiento que consistía en abrir
una serie de calles pequeñas, que obraban sorteando una plaza central.
Las calles seguían el ritmo de las muchas rieras que atravesaban la
villa de norte a sur. Una de estas rieras era la que la gente conocía
popularmente como la riera o el Torrent de l'Olla, que venía desde la
zona de la barriada dels Penitents, y cruzaba todo el núcleo antiguo de
la villa de Gracia. Cuando se urbanizaron las orillas de la riera se
trazaron dos ceras perpendiculares que enseguida se poblaron de casas en
linea, al tiempo que era soterrado el torrente. Por eso de buen
principio la calle que se llamó precisamente carrer del Torrent de
l'Olla, se convirtió en una de las calles principales de la antigua
villa de Gracia, porque la recorría al completo de norte a sur. Siempre
se le llamó carrer del Torrent de l'Olla hasta que finalizada la guerra
civil en el año 1939 el alcalde de Barcelona don Miquel Mateu i Pla, sin
un argumento para nada razonable, decidió nominar la popular calle de
Torrent de l'Olla como el carrer de Menéndez Pelayo, con toda seguridad
por hacer alusión a don Marcelino Menéndez Pelayo, un escritor y crítico
literario español de talante conservador y buen amigo de un catolicismo
precoz, circunstancias que muy posiblemente alentaran al alcalde señor
Mateu para dedicar con el nombre de Menéndez Pelayo esta conocida calle
del barrio de Gracia de Barcelona. Y la antigua calle de Torrent de
l'Olla se llamó carrer de Menéndez Pelayo hasta el año 1989 que el
alcalde de Barcelona don Pascual Maragall i Mira, decidió devolverle su
nombre original de carrer del Torrent de l'Olla, que es el que sigue
manteniendo en la actualidad."
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