Aunque por aquel tiempo Julio González trabajaba con la escultura
abstracta se decidió por un lenguaje figurativo como método más efectivo
para lograr el carácter icónico del mensaje de desesperación que
pretendía lanzar el Pabellón republicano. El uso de chapas de hierro
irregulares y fragmentadas, como si de pura chatarra se tratasen ayuda a
aumentar el carácter trágico de la figura.
Desde entonces, Julio González experimentó una cierta obsesión con la iconografía de la Montserrat, sobre cuyo tema volvió una y otra vez en obras como El pie, La frente, Gran perfil de campesina, Busto femenino,
etc. Una de las más potentes visualmente es la Cabeza de la Montserrat
gritando del año 1942, que dejó inacabada, en la que representa a la
misma mujer, representación del pueblo español, soltando un grito
desgarrador, que tantas reminiscencias o paralelismos tiene con la
iconografía que Picasso desplegó en el Guernica y que fue expuesto en el mismo Pabellón Republicano.Como a la mayoría de artistas españoles que permanecieron en el exilio vivió la experiencia de la Guerra Civil y su fatal desenlace como una auténtica tragedia que le marcaron tanto en lo personal como en lo artístico. Pasó el resto de su vida en el exilio y su muerte en 1942 ni siquiera fue comunicada por la prensa del régimen franquista. No fue hasta el año 1970, cuando a través del NODO, la población española pudo conocer la existencia de que uno de los artistas más importantes del siglo XX era compatriota suyo, aunque parece ser que cometió el pecado de posicionarse en lado de la democracia.
Ver: http://historiasdearteyguerra.blogspot.com.es/2014/02/la-dignidad-de-la-resistencia-la.html
(Foto en: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pabellon-espanol-en-la-exposicion-internacional-de-paris-1937--0/html/0003a762-82b2-11df-acc7-002185ce6064_1.html)
(Montserrat gritando. 1942. Foto en: http://aprendersociales.blogspot.com.es/2008/05/julio-gonzlez.html)
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