Orígenes y historia
Los primeros años
El 1940 Badalona vivía la depresión social heredada de la Guerra Civil Española, apenas terminada hacía un año. El primer intento importante para revitalizar la cultura badalonesa lo harán los administradores de la Cofradía de Sant Anastasi, inducidos por el historiador Josep Maria Cuyàs Tolosa y con el apoyo del Gremio de Corders. Todos juntos deciden inventarse una nueva tradición. Cuyàs les proporciona la excusa histórica: encuentra en la obra el Calaix de Sastre del Baró de Maldà, una especie de diario que refleja la vida cotidiana catalana y badalonesa de finales del siglo XVIII, un fragmento que explica que el 8 de mayo de 1785, fiesta del Rosario, unos pescadores quemaron en la playa de Badalona, ante un público numeroso, lo que él llama, sin dar detalles, un figurón. Posiblemente, un mascarón de proa de una embarcación que habría quedado inservible. Aunque todo hace pensar que ese fue un hecho casual, tuvieron suficiente para justificar los orígenes históricos del invento. Francesc de Paula Giró i Prat, Jaume Ribó Arenas y Damià Vergés Vallmajor, los tres administradores de la Cofradía de San Anastasio, se encargan del diseño y construcción del primer demonio, que construyeron en el sótano de la casa de Sadurní Castellsagué y Ventura en la calle de Francesc Layret.
La primera Quema (cremada) se celebra el sábado día 11 de 1940 a partir de las ocho de la tarde como acto de clausura de la Pasada que se hace en honor del patrón de Badalona. El demonio se quema en la calle del Temple, en el cruce de la calle Roca y Pi y la explanada de las excavaciones arqueológicas. La fiesta acaba, como hoy día, con un espectáculo pirotécnico.
El éxito del acto lo mantiene vivo los años siguientes, aunque no siempre se celebra el mismo día ni a la misma hora. Hasta 1954 se hará en la explanada de las excavaciones, salvo en 1943 y 1945 que se quema por primera vez en la playa, lugar que será el emplazamiento definitivo a partir de 1955.
De los primeros demonios se saben pocas cosas. Sólo hay imágenes de los de 1940 y 1946 y no será hasta el 1949 que habrá reproducciones fieles de los originales, hechas por Domènec Giró.
Un tándem muy fructífero
En 1949 Miquel Xirgu Subirà asume el diseño del demonio, y a partir de 1955 lo substituirá su hijo Miquel Xirgu Rico, que iniciará una larguísima relación artística con Domènec Giró Duran que será el constructor durante décadas y que ya había colaborado con el primero de los Xirgu desde 1949.
Poco a poco, Xirgu introduce en el diseño de la figura elementos relacionados con la actualidad de aquel año. En bastantes ocasiones, la denuncia de los conflictos que alimentan la guerra en el mundo serán protagonistas de sus dibujos, pero tampoco desaprovechará la ocasión de plasmar la revolución hippie o la llegada del hombre a la Luna entre otros muchos temas. Esta línea se continuará después de su desaparición en los años noventa del siglo XX.
A pesar de la disposición de los dos badaloneses a trabajar para su ciudad deberán enfrentarse en varias ocasiones al Ayuntamiento, que con su vocación intervencionista deja fuera de juego en ciertas ocasiones Miquel Xirgu. Uno de los puntos más conflictivos es la negociación del presupuesto destinado a la construcción del Demonio. El de 1959, el primero del que hay constancia documental, costó 9.500 pesetas. Es a partir de 1960 que la cifra se incrementa hasta las 20.000 o 30.000 pesetas. En los años ochenta llega ya a las 200.000 pesetas ya finales de los años noventa ya supera los 12.000 euros.
Emili Bultó Riba sustituye Domènec Giró en la construcción del Demonio 1990 y el escenógrafo Tero Guzmán se hace cargo definitivamente a partir de 1994. Guzmán moderniza el sistema constructivo para conseguir que la figura queme más deprisa.
Un concurso popular
La muerte del maestro diseñador Miquel Xirgu en 1997 deja huérfano el Demonio. A partir de 1999, el Ayuntamiento convoca el concurso Crema'l Tú! (Quémalo Tú) para escoger el diseño de la popular figura. El concurso atrae desde artistas profesionales hasta padres e hijos, pasando por jóvenes diseñadores de todo el país. Un jurado diverso formado por personas vinculadas a diversos ámbitos de la ciudad elige el diseño ganador, que recibirá una pequeña dotación económica que ha ido variando con el tiempo.
Cada año se quema con el Demonio cientos de dimoniets (pequeños demonios) hechos desde prácticamente todas las escuelas de la ciudad, que participan en la actividad El dimoni a l'escola (El demonio en la escuela). Durante los días previos al 10 de mayo es habitual ver por las calles que llevan a la playa una procesión de niños cantando "Dimoni pelut, que a l'infern no t'hi han volgut" (Demonio peludo, que en el infierno no te han querido) y que depositan sus trabajos a los pies de la gigante figura para que sean quemados con él.
Ver y leer más en: https://es.wikipedia.org/wiki/El_Demonio_de_Badalona
Fotos: Joan Portabella López
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