El COAC exhibe bocetos apenas conocidos de Jujol, el ornitorrinco de la arquitectura
Carles Cols
Barcelona -
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Antes de entrar en esa materia, conviene subrayar lo meritorio de la exposición. Este 2019 se cumplen 140 años del nacimientos de Jujol y 70 de su fallecimiento. Es por eso que el Ayuntamiento de Sant Joan Despí, donde este genio echó raíces y dejó huellas de obligada visita, comenzó a organizar hace meses una serie de conferencias, exposiciones y visitas guiadas, vamos, un Any Jujol, y para ello invitó al resto de municipios con obra de este arquitecto para que se sumaran al evento. Barcelona, como siempre tan ombliguista, desdeñó la oferta, pero el COAC, con más sentido común, ha decidido hacerle un hueco en su agenda con una mirada inédita sobre la obra de este creador.
Explica Roger Subirà, comisario de la exposición, que la opción final elegida ha sido descartar lo más previsible de Jujol, sus colaboraciones con Gaudí, por ejemplo, o la masía de Can Negre, de Sant Joan Despí, e ir en busca de lo inédito, de lo más desconocido, como tres dibujos del arquitecto en su etapa estudiantil (¡menuda mano tenía para la acuarela!), otro conjunto de dibujos agrupados bajo el sugerente título de ‘Distracciones y pasatiempos’ (y lo son) y, por último, tres proyectos (dos llevados a cabo y uno inexistente). La mayor parte de estas joyas expuestas en el Espai Picasso del COAC (plaza Nova, 5) revelan mucho ya de entrada sobre el propio Jujol, son casi láminas de un test psiquiátrico de Rorschach. No era un hombre fácil. Oriol Bohigas, que fue alumno de sus clases, recuerda en su memorias cómo era capaz de regañar a los estudiantes por no saber hablar en latín. Era otra generación. En uno de los textos que acompañan la muestra, Subirà recuerda otra frase para enmarcar, de Josep Llinàs sobre Xumeu Mestre, al que tuvo de profesor: “El perro ladra, el burro rebuzna, el arquitecto dibuja…”. No era un ‘boutade’, era una advertencia sobre como este oficio tiene un pie en la técnica y otro en el arte, y en eso Jujol era un faro, o sea, que si no sabían dibujar, mejor que dedicaran sus vidas a perseguirse la cola.
Como si fuera un ‘storyboard’, el COAC permite disfrutar cómo Jujol concibió (primero casi en una servilleta de papel) el Palacio del Vestido de la Expo de 1929 y cómo esa idea fue evolucionando hasta su diseño definitivo. Pero, cuestión de debilidades personales, lo que es la repera de la muestra es la evolución de la Casa Planells, porque Jujol no era, como Gaudí el arquitecto de las grandes fortunas, sino, más bien, de los quiero y no puedo. En Can Negre, sin ir más lejos, tardó 15 años en reinventar arquitectónicamente una vieja masía porque las obras se financiaban con los beneficios de las cosechas vitivinícolas de Pere Negre. En la Casa Planells el handicap fue otro. Evelí Planells encargó primero un casoplón unifamiliar, tuvo que venderse parte del terreno porque no podía asumir el coste de la operación y, más modesto en sus ambiciones, pidió a Jujol que en el solar encajara dos residencias, pared contra pared. Tampoco así le salieron los números y el proyecto sufrió una tercera evolución más cercana al edificio actual, o sea, pisos de alquiler, la quintaesencia de la historia del Eixample, esa invento con el que la burguesía catalana durante décadas, ha bombeado los ahorros de los asalariados de la ciudad. Eso no lo cuenta la exposición del COAC, pero apetecía decirlo."
Ver: https://amp-elperiodico-com.cdn.ampproject.org/v/s/amp.elperiodico.com/es/barcelona/20190606/exposicion-jujol-inedito-colegio-arquitectos-catalunya-coac-7493138?fbclid=IwAR0T5Kq5Tb1jrCvcaOAmIBrHsEEtwT8W_p59MLln31QkCtR2eKRCRVdQwsQ&_js_v=0.1#referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&_tf=De%20%251%24s&share=https%3A%2F%2Fwww.elperiodico.com%2Fes%2Fbarcelona%2F20190606%2Fexposicion-jujol-inedito-colegio-arquitectos-catalunya-coac-7493138
Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC)
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