A pocos metros de las icónicas piscinas de Montjuïc en las que se celebraron las pruebas de salto durante los Juegos Olímpicos de 1992, se encuentra un edificio singular actualmente propiedad de una empresa de eventos. La construcción, en forma circular, tiene, sin embargo un pasado muy distinto, y es que fue pabellón de ciencias durante la Exposición Internacional de 1929.
El edificio fue uno de tantos que se construyeron en Montjuïc para acoger la exposición que urbanizó la montaña y que propició una gran transformación urbanística y arquitectónica de Barcelona a principios del siglo XX. Este en concreto acogió demostraciones científicas. Al acabar el evento internacional, fue un tiempo sede de la cervecera Damm. Más tarde, en 1966, fue reconstruido para formar parte del desaparecido parque de atracciones, hoy convertido en los jardines Joan Brossa.
Actualmente, es propiedad de la empresa Esferic BCN, que lo alquila para eventos. Para adaptarlo al nuevo uso, entre 2004 y 2008 fue sometido a una profunda rehabilitación y ampliación. El edificio, de forma singular, conserva la estructura original, compuesta por 12 pilares de hormigón en forma de Y. Tiene dos plantas, y desde la superior se puede apreciar la estructura de bóveda catalana de ladrillo típica de las fábricas del siglo XIX. Una cúpula en forma de pirámide corona la construcción.
Los edificios de la Exposición de 1929 se proyectaron para tener una vida efímera. Así, la mayoría se derribaron. Se salvaron, entre otros, el Palau Nacional, las torres venecianas de la plaza Espanya, pabellones de la actual Fira y el Poble Espanyol. Al igual que el pabellón de ciencias, también fue reconstruido en la década de 1980 el Mies van der Rohe, que fue el que en 1929 representó a Alemania y que fue desmantelado en 1930."
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