A ambos lados de la puerta principal se encuentran sendos relieves que imitan pequeñas columnas que sostienen arcos ojivales, como si de un claustro en miniatura se tratara. Sus capiteles, aunque muy deteriorados, nos muestras figuras humanas (bastaixos principalmente), animales y ornamentación vegetal.
"Los protagonistas de ‘La catedral del mar’
Unos relieves en unos capiteles de la puerta principal de Santa Maria del Mar muestran a unos trabajadores acarreando pesados fardos. Es el homenaje a los bastaixos, el colectivo que entre los siglos XIII y XV hacían las labores de descargadores del puerto de Barcelona y que constituyeron un importante eslabón en la cadena de valor del transporte de mercancías. Pero también fueron los grandes impulsores, junto con los trabajadores del mar y los vecinos, de la construcción de la iglesia.
Los bastaixos se encargaron de transportar hasta pie de obra las piedras desde la cantera de Montjuïc. Lo hicieron de forma voluntaria, por devoción, y su titánico esfuerzo fue inmortalizado en el bestseller La catedral del mar, de Ildefonso Falcones. “En aquel momento llegó un bastaix cargado con una enorme piedra. El sudor corría desde su frente hasta sus pantorrillas y todos sus músculos se dibujaban, tensos, vibrando al ritmo de los pasos que le acercaban a la iglesia. Pero sonreía”.
El anterior es uno de los fragmentos que describe el trabajo de los bastaixos en la novela. Estos trabajadores tuvieron un origen esclavo, pero a principios del siglo XIV ya eran todos libres. En este periodo es cuando se sitúa el inicio de la construcción de Santa Maria del Mar, en 1329. La iglesia fue consagrada en 1384. Eran una cofradía humilde que destinaba sus escasos recursos económicos a la asistencia de las viudas de sus compañeros y a los ancianos. Por eso su contribución a la consecución de la iglesia fue su trabajo como porteadores.
Aunque la iglesia fue erigida con el apoyo de las autoridades eclesiásticas, el dinero fue donado principalmente por los comerciantes y el propio pueblo de la Ribera, el entonces barrio marinero de Barcelona. El rey aportó solo el permiso para extraer la piedra de Montjuïc.
“Desde los andamios, los albañiles dejaron cuanto estaban haciendo y se asomaron para ver la llegada de las piedras que más tarde deberían trabajar. Tras el primer bastaix apareció otro, y otro, y otro más, todos encorvados. El ruido del cincel contra las piedras se rindió ante los humildes trabajadores de la ribera de Barcelona y durante unos instantes Santa Maria entera quedó hechizada”, relata otro de los fragmentos de La catedral del mar."
Ver: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20230806/9151565/protagonistas-catedral-mar.html
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