31 oct 2019

16/10/2019 Casa Bruno Cuadros II

"El icónico dragón de la Casa dels Paraigües rejuvenece más de un siglo

La famosa escultura que, desde 1888, vigila la Rambla colgada desde el edificio del Pla de la Boqueria
La restauración de la finca permite, también, rescatar los esgrafiados de la fachada firmados por Josep Vilaseca e inspirados en las estampas japonesas, fueron tapados en 1914

Natàlia Farré
Hic sunt dracones'. Aquí hay dragones, que viene a ser lo mismo. Lo que se utilizaba en el medievo para indicar territorios inexplorados o peligrosos en los mapas -vamos, terra ignota para seguir con los latinajos- podría usarse ahora en los planos de Barcelona. 'Hic sunt dracones'. Y muchos. La ciudad está copada de ellos. A poco que uno alce la vista se los encuentra. Encaramados en fachadas, cornisas y dinteles. Piedra, hierro, vidrio, ‘trencadís’… Incluso de carne y hueso, ahí están los dragones de Komodo del zoo. Grandes y pequeños. Con y sin santo. No en vano el patrón de Catalunya, Jorge de Capadocia, que en su haber suma salir vencedor del combate contra un dragón, siempre aparece con uno de ellos a sus pies. Lo dicho, 'Hic sunt dracones'. Los hay por doquier –desde el Pati dels Tarongers hasta la cascada de la Ciutadella- pero ninguno tan icónico como el dragón de la Rambla, con permiso del tritón de Gaudí que da la bienvenida en el Park Güell y el saurio que da forma al edificio que el genial arquitecto levantó para Josep Batlló en el paseo de Gràcia.
El que aquí nos ocupa tiene una paternidad más discreta, Josep Lomas, pero su privilegiada situación (emerge de una esquina de la Casa Bruno Cuadros, conocida como la Casa dels Paraigües por la mayoría de barceloneses) lo sitúa en lo alto del Olimpo de la popularidad 'dragonil' de la ciudad. Es de zinc pintado (aunque muchos piensen que es de hierro forjado) y en su día echaba fuego. Llevaba en la misma esquina desde 1888. Llevaba porque desde el pasado mes de diciembre su rincón luce vacío. Que nadie se alarme. Ni se ha desintegrado ni ha echado raíces en otros lares. Está en el planchista, que a efectos de las obras de arte es lo mismo que decir, en restauración. De ella se ocupa Quico Vez y su empresa Tres Ranas, que debe el nombre a la taberna que Leonardo y Botticelli abrieron en Florencia en el siglo XV.
Pues eso, el dragón de la Casa dels Paraigües necesitaba una puesta a punto tras 133 años oteando al personal desde la Rambla y unos cuantos de ellos sin llamas que echarse a la boca. "Por la edad que tiene está fantástico, le hemos hecho una buena limpieza y poco más", asegura Vez. El poco más es poner en solfa el cableado eléctrico que le permitía encender los ojos y la boca, que hace unas décadas dejaron de arder. Volverán a iluminarse en breve, en septiembre, cuando la Casa Bruno Cuadros deje de esconderse detrás del andamio que la cubre y los tres metros y 250 kilos de saurio vuelvan a su sitio. Regresarán él y los elementos originales de la fachada, también en proceso de restauración.

Cimientos de 1782

Vez y la arquitecta Inés Rodríguez han decapado el edificio y lo que ha emergido detrás de capas y capas de pintura es una fachada que nada tiene que ver con el color marfil y salmón que lucía hasta diciembre fruto de las rehabilitaciones vividas. Lo que asoma tras la intervención es la apariencia original, la que Josep Vilaseca proyectó en 1885 cuando Bruno Cuadros -comerciante de paraguas, parasoles, sombrillas y abanicos- le encargó rehacer el edificio para dar más solera a su tienda, la que ocupaba los bajos. Vilaseca, arquitecto ecléctico donde los haya, proyectó un edificio neoegipcio, monocromo, con una textura que imita la piedra cortada y detalles de color rojo en los capiteles, columnata y crestería. Elementos de inspiración faraónica que contrastan con la decoración completamente japonesa, también de Vilaseca, de la tienda, entresuelo y las panoplias de paraguas que visten la fachada y han dado nombre al edificio.
Con todo, la recuperación más sorprendente es la de las desaparecidas pinturas que ocupaban los plafones situados a la altura del entresuelo, tanto en el lado Rambla como en el costado que mira a Cardenal Casañas del edificio. Imágenes japonesas con la firma de Vilaseca (uno de los dibujos originales lo custodia el Art Institute of Chicago) copiadas o inspiradas en las estampas ukiyo-e. Vez y su equipo están rescatando las originales, esgrafiados en los que el arquitecto plasmó japonesas ataviadas con el tradicional kimono reproduciendo incluso un error (o no). El caso es que las mujeres llevan el obi (el cinturón del kimono) abrochado delante, detalle que se supone que a Vilaseca (y al comitente, el señor Bruno Cuadros) le pasó por alto ya que en la cultura nipona indica que lo plasmado no eran damas sino prostitutas.
Los esgrafiados quedaron tapados en 1914 por otras estampas menos elaboradas y con una paleta de colores mucho más fría. Fue durante una de las muchas rehabilitaciones que ha sufrido el edificio, cuyos cimientos se remontan a 1782, cuando el pintor Manuel Tramulles, uno de los principales exponentes del barroco catalán junto con Pere Pau Muntanya y Francesc Pla 'el Vigatà', levantó su residencia sobre uno de los solares que dejó al descubierto la demolición de la muralla medieval en el portal de la Boqueria.

Publicidad en el espacio urbano

La rehabilitación de la Casa Bruno Cuadros (o Casa dels Paraigües) ha costado 172.000 euros que han sido financiados con lo recaudado con las lonas publicitarias. El uso del espacio urbano para anuncios está regulado por el ayuntamiento, que en el caso de las lonas para rehabilitación de edificios privados se lleva una parte del montante. En esta operación, de los 10 convenios firmados para tapar la fachada de la Rambla durante su recuperación, el consistorio ha ingresado 75.631,40 euros que ha destinado a la mejora del espacio urbano. Concretamente se ha intervenido en la fachada verde de los Jardins de Vilanova y las paredes medianeras de las plazas del 8 de març y de las Dones del 36."

Ver: https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20190806/restauracion-dragon-casa-bruno-cuadros-7577778
Rambla, 82 / Pla de la Boqueria, 1

























29 oct 2019

26/09/2019 La Vilella II: Puertas y picaportes

"La Vilella (1905), situada en el Paseo de la Exposición 95 (Barcelona), es un edificio histórico del barrio del Poble Sec. Antigua fábrica de sifones, a lo largo del siglo XX fue transformándose hasta convertirse en lo que hoy conocemos como La Vilella Teatro, un espacio no convencional donde ver el mundo a través de las artes escénicas.
Creado en 2013 para cia. Lagartija, La Vilella sigue fiel a los ideales por los que se abrió: crear un espacio de diálogo sobre nuestra sociedad abierto a todos aquellos que participan del hecho teatral: público, creadores, investigadores y formadores.
Disponemos de diferentes espacios pensados ​​para ofrecer las posibilidades óptimas al procesos creativos. Al mismo tiempo, están a disposición para otras actividades, como cursos, rodajes, producciones, encuentros, entre otros."

Ver: http://www.lavilella.com/espais/
Ver: http://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=8980
Passeig de l'Exposició, 95-97









 

 
 
"El primer museo de Barcelona dedicado a las baldosas rescatadas abrirá en verano

A principios de verano, el barrio del Poblesec de Barcelona alumbrará el primer museo monográfico de la ciudad dedicado a las baldosas de pavimento hidráulicas modernistas, un patrimonio que pasará de acumularse en los sacos de escombros de obras de distritos como el Eixample a ocupar las instalaciones de la antigua fábrica de sifones La Vilella del arquitecto Salvador Puiggrós, datada de inicios del siglo XX, y que también acogió un teatro alternativo. 

La Vilella se convertirá en breve en un templo para admirar la belleza patrimonial y estética de la baldosa modernista y la entrada del edificio ya luce su nuevo uso. La fachada da pistas de lo que mostrará en su interior, al estar recubierta con 160 modelos de baldosas, en su mayoría, fabricadas entre 1860 y 1940.

Este "templo de la baldosa" parte de un particular, Joel Cánovas, un andorrano de 38 años que desde el año 2014 ha recogido casi 50.000 mosaicos modernistas (de unos 3.500 modelos diferentes) procedentes de pisos en rehabilitación o de escombros de obras (de donde salen el 70% del total) para que formen parte del fondo de este museo inédito hasta la fecha en Barcelona. 

Unas 15.000 de estas baldosas  ya están en La Vilella. Cánovas es conocido en las redes con el seudónimo de The Tile Hunter (El cazador de baldosas en inglés) y sus cuentas en Instagram y Twitter son @i_rescue_tiles y @joelrajoles, respectivamente. 

Gracias a una recaudación mediante crowdfunding, pudo reunir 13.000 euros para catalogar todo este material que ha podido atesorar con la ayuda de amigos y de contactos en sus redes sociales que le iban dando pistas de dónde encontrar estos 'tesoros' patrimoniales en las calles y pisos de Barcelona. 

En una reciente entrevista con la agencia Efe, Cánovas explicaba que empezó hace 8 años a coleccionar baldosas: "Cada jornada recorro las calles unas 9 horas con bicicleta y mochila". Sobre su red de colaboradores, comentaba: "Si les sobran cuatro piezas saben que además de ser expuestas, investigadas y catalogadas, aquí se preservarán", en referencia al futuro museo. La tarea de Cánovas responde al concepto de upciclyng o reciclaje creativo, que consiste en convertir un residuo en una pieza de museo. 

La exposición en su ubicación permanente, en el número 95 del Passeig de l'Exposició del distrito de Sants-Montjuïc, será de entrada gratuita y ocupará 500 metros cuadrados. Los visitantes podrán comprar baldosas tras la visita en la tienda del museo y participar en talleres de mosaico hidráulico impartidos por la artesana Alicia Cifuentes. Junto al servicio de bar, servirán para financiar el museo. Cánovas cuenta como socio desde hace medio año con Enric Rebordosa, dedicado a la tarea de recuperar bares modernistas de la capital catalana como el Bar Muy Buenas, La Confitería, .

En el trabajo de catalogación de todas estas piezas están asesorados por dos alumnos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que se encargan de fotografiar cada unidad. 

En Europa existen solo dos museos similares, uno en Portugal (el Museo Nacional del Azulejo en Lisboa) y otro en Reino Unido (Jackfiel Tile Museum de Telford), pero ninguno de ellos recoge pavimento hidráulico del movimiento artístico modernista catalán de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, un arte genuinamente autóctono. Joel y sus colaboradores también han comenzado a recuperar baldosas procedentes de otras ciudades españolas, como Teruel, Zaragoza, León o Valencia."

Ver: https://www.20minutos.es/noticia/4953144/0/primer-museo-barcelona-dedicado-baldosas-rescatadas-abrira-verano/
 


28 oct 2019

16/02/2019 Dosrius. Los retablos de Ernest Borrás XVIII: Retaule del Temps

"He llegado a la conclusión de que no tengo un estilo definido, familiar, reconocido donde cada obra tiene una personalidad propia y es el resultado de una vivencia única, irrepetible, es la respuesta emocional de un instante único" explica Borrás

Ver: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/dosrius-el-bosque-artistico-de-ernest-borras-25087555





26 oct 2019

13/09/2019 L'Hospitalet de Llobregat. Ca la Vidala

"A pesar de las modificaciones modernas, la casa conserva las ventanas con dinteles y jambas de piedra bien escuadrada y un gran portal de arco rebajado donde se puede leer el nombre de su antiguo propietario Pera Mestras y Batllori. Pajes. 1769."

Ver: http://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=3905
Carrer Xipreret, 81-85