28 dic 2016

24/09/2016 Casa del Verdugo, en la Plaça del Rei

"En la plaça (del Rei) hubo durante mucho tiempo un mercado, hasta que un día el rey se cansó y decidió que no se haría más en esa zona, dado el jaleo que se organizaba a diario que no le permitía dormir. En esta misma plaza vivía el verdugo. La función del verdugo era muy dura, y nadie quería ejercer esa profesión. Durante un tiempo, se dejaba en una esquina un saquito de dinero con las herramientas de la ejecución, y algún voluntario se llevaba el paquete y comparecía al día siguiente para ejecutar su tarea. Se empezaron a dar ocasiones en que no aparecía nadie, pues ser verdugo era objeto de rechazo. En ese momento se nombraron a los carniceros, verdugos oficiales, pues eran expertos en el manejo de las herramientas necesarias para una ejecución. El gremio, después de sufrir algún que otro suicidio en negativa a la ejecución, decidieron que ellos no iban a proceder nunca más a tal efecto. Por lo que finalmente se tuvo que crear un puesto oficial para este personaje, que trabajaría como funcionario real y con algunos beneficios adicionales, entre ellos, se le cedería una casita adjunta a la capilla de Santa Ágata y los restos y despojos de las personas ejecutadas, que posteriormente podía vender. En este sentido eran muy preciados los zapatos de los ejecutados, pues se decía que si se ponían en la entrada protegían la casa de los malos espíritus".

Ver: http://anotherbcn.com/2010/07/10/barrio-gotico-de-barcelona-mitos-y-leyendas/

"El verdugo es un clásico de la Edad Media, un funcionario imprescindible del sistema de justicia de la época. El problema es que era tan necesario como odiado. Nadie quería vivir al lado o cerca de tan repudiado personaje, que se ganaba la vida colgando y descuartizando a desdichados. Este rechazo llegó a ser un problema de cierta magnitud en Barcelona. Finalmente, las autoridades dieron con la solución. Adjudicaron al verdugo una residencia en la misma plaza del Rei, un inmueble entre la capilla de Santa Àgueda y la Casa Padellàs, actual sede del Museo de Historia de la Ciudad. El único inconveniente es que la casa era la más estrecha de Barcelona. 
La casa del verdugo está hoy integrada en el conjunto del Museo de Historia, pero se intuye perfectamente, con su antigua entrada y un pequeño balcón. La puerta está actualmente sellada por una cristalera con publicidad del museo. La ubicación de la residencia de tan siniestro funcionario en la plaza del Rei gozaba de grandes ventajas, pues el verdugo tenía literalmente el trabajo a la puerta de casa. Y es que la plaza era el lugar donde se celebraban habitualmente las ejecuciones, entre ellas los autos de fe de la Inquisición, cuya sede se encontraba enfrente.  Además, el residir en la misma plaza del Rei otorgaba cierto anonimato al verdugo, que podía así reducir sus contactos con los ciudadanos. Tenía también problemas a la hora de vertirse, pues los sastres no querían tomarle medidas para evitar el contacto con su cuerpo. Por ello, era habitual que el verdugo se vistiera con una especie de saco atado con un cordel ala cintura. Otra leyenda habla de los extras que el verdugo –le pagaba el Consell de Cent- se sacaba traficando con los huesos y otras partes de los ajusticiados para fabricar ungüentos, pociones y amuletos".

Ver: http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20140806/54413511882/el-verdugo-vivia-apretado.html  

"La columna de la vergüenza

Un pilar en cuya parte superior se ataba a los reos condenados a escarnio público durante la edad media se erige aún en la plaza del Rei, junto a la capilla de Santa Àgueda y a la antigua pequeña casa que habitaba el verdugo

Aquí se ataba al reo por el tiempo establecido en la condena (Xavi Casinos)
El escarnio público fue una condena habitual durante la edad media y Barcelona no era una excepción. Se aplicaba a los reos acusados de algún delito grave que casi siempre acababa con la ejecución del desdichado. En la plaza del Rei aún se alza una columna en cuya parte superior se exhibía públicamente al convicto para que el pueblo se cebara en él a base de mofas y lanzamiento de objetos.
La columna se encuentra adosada a la fachada de la antigua capilla real de Santa Àgueda y justo al lado de la que fue la casa más estrecha y pequeña de la ciudad, que habitaba el verdugo. Hoy, tanto la capilla como la casa de tan tétrico funcionario se encuentran integradas en el Museu d’Història de la Ciutat. La columna de la vergüenza está rematada por una parte plana de aproximadamente un metro cuadrado y puede leerse inscrito justo debajo el año en que se erigió, 1644. Allí se ataba al reo por el tiempo establecido en la condena.
Si se trataba de un condenado a muerte, el escarnio público se aplicaba en Barcelona a través de un recorrido conocido como Bòria avall. Consistía en un paseo al que era sometido el reo normalmente subido y atado a un asno. La comitiva partía de la prisión ubicada en la plaza del Rei. Por la actual calle del Veguer llegaba a la Baixada de la Llibreteria. Continuaba por Bòria, de ahí el nombre del recorrido, hasta la capilla de Marcús. Entonces, se tomaba la calle Montcada hasta el Born.
Por la calle Vidreria, la procesión del bochorno continuaba por la plaza de las Olles, el Pla de Palau i la calle Ample, para tomar entonces la de Regomir i Ciutat hasta la plaza Sant Jaume. Seguía por la calle del Bisbe hasta la plaza Nova, donde se adentraban en la hoy desaparecida calle Corríbia, Comtes de Barcelona y de nuevo a la plaza del Rei, donde se ejecutaba finalmente al condenado.
La caravana del escarnio se detenía frecuentemente para que fuera leída la sentencia. También era habitual que en estas paradas se fuera azotando la espalda de reo, que solía vestir tan solo un blusón y llevaba un ridículo sombrero en forma de cucurucho con cascabeles para completar la humillación." 

Ver: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20200119/472928869831/columna-verguenza-edad-media-plaza-rei-barcelona-secreta.html

 







 

Mayo 2021: 







1 comentario:

  1. En realidad no se trata de una columna, sino de un viejo pozo o torre de agua, del que los vecinos del barrio podían sacar agua hasta que se hicieron las obras del metro de la linea amarilla en Via Layetana. Hasta no hace muchos años, aún podía verse la polea por la que antiguamente pasaba la cuerda con el cubo, para extraer agua. Es por eso que pienso que la historia de que se subiera a condenados a la parte de arriba, me parece apócrifa. Cosa distinta es que la casa del verdugo sí estuviera realmente allí.

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