"La Fuente de la Plaça de Espanya es un monumento escultórico creado en 1929 para la Exposición Internacional, con un diseño del arquitecto Josep Maria Jujol y una decoración escultórica de Miquel Blay, Frederic Llobet y los hermanos Miquel y Lucià Oslé.
Historia y descripción
La
Plaça de Espanya fue proyectada por Ildefons Cerdà en su proyecto de
Ensanche de la ciudad condal, como vía de comunicación entre Barcelona y
las poblaciones del Baix Llobregat. Antiguamente se encontraba aquí la cruz de término de la ciudad, en la antigua carretera que conducía a Madrid. Después
de un primer proyecto para urbanizar la plaza de Josep Amargós en 1915,
finalmente se encargaron de las obras Josep Puig i Cadafalch y Guillem
Busquets, continuadas por Antoni Darder desde el 1926. Diseñaron un
conjunto monumental de forma circular, en torno de un hemiciclo formado por una columnata de estilo barroco, influida en la Plaza de San Pedro del Vaticano de Bernini. En el acceso de la plaza que conduce a la Avenida de la Reina María
Cristina se situaron dos altas torres en forma de campanile, obra de
Ramon Reventós, inspiradas en el Campanario de San Marcos de Venecia.
En
el centro de la plaza se colocó una fuente monumental diseñada por
Josep Maria Jujol, con una ornamentada decoración escultórica obra de
Miquel Blay, Frederic Llobet y los hermanos Miquel y Lucià Oslé. De
inspiración clásica, el sentido iconográfico de la obra representa una
alegoría poética en España, según el programa establecido por Jujol. Sobre
un estanque de planta triangular se sitúa un edículo con tres nichos
con grupos escultóricos que simbolizan los ríos que desembocan en los
tres mares que rodean la Península Ibérica: el Ebro para el mar
Mediterráneo, el Guadalquivir y el Tajo para el océano Atlántico y unas figuras de adolescentes para los ríos del mar Cantábrica, todos ellos obra de Blay. En
los vértices del estanque se encuentran tres grupos que representan los
frutos y dones de las aguas: la Abundancia, la Salud Pública y la
Navegación, obra de los hermanos Oslé. Alrededor
del cuerpo central se encuentran tres columnas corintias con varias
figuras y emblemas que simbolizan la Religión (una cruz con Ramon Llull,
Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola), el Heroísmo (una espada
con Don Pelayo, Jaume I de Aragón e Isabel la Católica), y las Artes (un libro con Ausiàs March y Miguel de Cervantes), todo diseñado por Jujol. Remata
la obra un pebetero de fuego con tres Victorias, obra en bronce del
escultor Frederic Llobet. Por otra parte, al pie del monumento se
sitúan seis cartelas con la inscripción en latín Senatus Populusque
Barcinonensis (Senado y pueblo de Barcelona), en imitación del SPQR romano.
La
organización estructural recuerda una fuente barroca, formada por una
base, un cuerpo central que aglutina elementos de la columna
conmemorativa clásica y del arco de triunfo, y un ático que combina
elementos en piedra y en metal, para enfatizar la divergencia de materiales. La
composición se basa en la conjugación de dos figuras geométricas
básicas, el círculo y el triángulo, presentes en la tradición
iconográfica cristiana. En cuanto a la decoración escultórica, al
ser obra de varios autores presenta diversas tendencias estilísticas:
las obras de Miquel Blay
corresponden a un realismo de carácter clasicista, las de los hermanos
Oslé acercan más al novecentismo, y las de Frederic Llobet al art déco
de moda en el momento"
Ver: https://ca.wikipedia.org/wiki/Font_de_la_Pla%C3%A7a_d%27Espanya_(Barcelona)
Plaça d´Espanya
"Los ríos del Cantábrico están plasmados en una serie de figuras de niños y adolescentes: en la parte superior, un niño que prefigura el Nervión derrama agua sobre una gran concha que sostiene un adolescente situado en la parte izquierda del nicho, que habría que interpretar como la gran ría de Bilbao, donde desemboca el Nervión; a la derecha de la hornacina, una chica y dos niños sujetan varias jarras sobre sus hombros, en alusión a la fuente que nutre los ríos Nalón y Narcea; por último, en la parte inferior una mujer recoge todas estas aguas que fluyen a ella, simbolizando el mar septentrional de la península. Este grupo mira hacia el oeste, en la calle Tarragona"
"Uno de los dones es la Abundancia, ubicada hacia el sur, con la inscripción Abundantia. De nuevo es una figura femenina, con una cesta de frutas en el brazo derecho y una rama a la izquierda, mientras que a sus pies se encuentra un haz de trigo y una cabra, probablemente Amaltea, la cabra que amamantar a Zeus y de quien el cuerno sobresalía exuberante de toda clase de frutos. En esta escena también figura un niño, como a los otros dos grupos de los hermanos Oslé"
"La vertiente atlántica está simbolizada por el Tajo y el Guadalquivir, representados por dos figuras masculinas: el primero es un hombre maduro con barba, que está sentado sobre una piedra y sostiene una gran jarra en el brazo derecho; el segundo es más joven, y se encuentra de pie, con una gran concha con la que recoge el agua que le derrama desde arriba un niño que personifica un afluente del Guadalquivir, el Guadalimar. Al tiempo, otro niño se encuentra de rodillas bajo la gran concha, mirando hacia el otro personaje, por lo que sin duda simboliza el Guadiana, río situado entre los dos. Este grupo está orientado hacia el sur"
"Otro don es el de la Navegación, encarado en la Avenida del Paralelo y con la inscripción Navegatio. Como las anteriores, presenta una figura femenina y un niño: la mujer camina sobre las olas y levanta sus brazos un barco con la vela desplegada, en representación de la Navegación; por su parte, el niño aparece con un pez en la mano derecha y una red a la izquierda, simbolizando la Pesca. Al lado se encuentra un ave marina, seguramente una gaviota. La interpretación iconográfica podría ser la de la ninfa Tetis, una nereida; estas ninfas, hijas de Nereo, habitaban los mares interiores y solían acudir en socorro de los marineros en peligro. Tetis, para evitar su matrimonio con Pelar, adoptó sucesivamente la forma de un pez, de un ave marina, de unas ondas y de una llama".
"Los ríos del Mediterráneo están representados por el Ebro, personificado en un joven desnudo, ataviado únicamente por un pañuelo aragonés en la cabeza. A su lado se encuentran dos niños que representan sus afluentes, y que sostienen unos vasos que vierten el agua a la fuente. Al fondo se aprecia la figura de una mujer, como símbolo de la Tierra, que recoge el agua en una cesta que hace fructificar el cuerno de la abundancia que sostiene el personaje principal. El nicho figuran las inscripciones Tarrac y Caesar, que aluden al pasado romano de esta región, conocida en época clásica como Tarraconensis. El grupo está orientado al este, hacia la Avenida del Paralelo".
"La última de las alegorías de los frutos y dones de las aguas es la Salud Pública (o Higiene), situada en el vértice de la calle Tarragona. Colocada sobre un pedestal con la inscripción latina Salus, es una figura femenina coronada por hierbas medicinales y que lleva un cántaro sobre el hombro izquierdo, junto a un ganso y un niño con una concha en la mano. Se trata de la diosa Higia (la Salus romana), hija de Esculapio, que vela por la salud del ser humano. La oca es un símbolo de la vigilancia, de la atención siempre constante que requiere la salud. Por su parte, la concha que lleva el niño simboliza el agua, un factor fundamental para la higiene".
"La fuente está coronada por un pebetero de fuego y tres Victorias, en forma de figuras femeninas vestidas con túnicas clásicas. Al estar situado sobre las columnas que representan la Religión, las Artes y el Heroísmo, el fuego sintetizaría estos valores, al tiempo que supone un contrapunto al elemento al que está dedicada la fuente, el agua. Según el Diario Oficial de la Exposición, el fuego del pebetero simbolizaba «el sacrificio constante de España por la civilización». Este conjunto, del escultor Llobet, está diseñado en un estilo cercano al arte déco, el estilo de moda en ese momento, por lo que es el más moderno de toda la fuente".
"Rescatar a Jujol

La fuente monumental de la plaza Espanya con el pavimento diseñado por Josep M.Jujol
El gran arquitecto vanguardista Josep Mª Jujol se vio acechado por la mala suerte inmerecida con ocasión del momento histórico que iba a celebrar Barcelona: Exposición Internacional de 1929. Mereció que le fuera encargado colaborar con dimensión espectacular en un punto tan céntrico y vistoso como la plaza Espanya, destinada a ser puerta de entrada al grandioso certamen.
Jujol proyectó un amplio palacio del Vestido que honrara parte de la enorme fachada. Pero la mala suerte indicada afectó a la fuente monumental que había de levantar en el centro de la plaza. No logró que estuviera terminada la obra para la solemne inauguración y el trabajado pavimento artístico que había de realzar el espectacular conjunto arquitectónico y escultórico no se llevó a término hasta pasado un tiempo. Merece ser evocado este aspecto tan negativo, ahora que se proyecta una reforma del entorno de la fuente para devolverle su atractiva condición original de paseable y así acercar la ciudadanía al grandioso conjunto central.
Jujol se había casado en 1927 y partió en viaje de novios a Roma, con permiso universitario de 20 días, dada su condición de catedrático. Tan fascinado quedó ante la magnificencia arquitectónica descollante por doquier que pidió alargar la estancia hasta 63 días y así pudo visitar otras ciudades. El maestro del trencadís quedó también prendado del mosaico romano.
Al serle encargada la fuente monumental en 1928, el atrevido vanguardista creyó entonces más oportuno inspirarse en el barroco italiano mediante un homenaje al agua, la de nuestros ríos y mares.

Fragmentos del pavimento original de Jujol
No se trata aquí de valorar la fuente monumental, tan sólo hacer hincapié sobre su poderoso perfil triangular. Jujol lo tuvo muy presente al dibujar la ornamentación que había de realzar el paseo urbano construido a su entorno. Tendió una acera de quince metros, anchura generosa para atraer a los viandantes que desearan curiosear de cerca la riqueza escultórica y los detalles decorativos. Tal acera estaba organizada en tres sectores, con gran protagonismo de la toda clase de circunferencias que suponen un contraste y una relación con la enorme estructura triangular que domina, organiza y preside la fuente.

Aspecto actual de la fuente en una plaza Espanya en obras
El sector más relevante era el central, no sólo por los diez metros de mosaico romano que le otorgaba, sino por todo lo que había de contener: una serie de tritones y náyades sobre caballos marinos ejecutados en mármol negro y amarillento.
Un par de círculos secundarios concéntricos tenían anchuras muy distintas. En el sector interno dominaban una serie de círculos de diversas superficies policromadas sobre un pavimento de estrellas de guijarros negros obtenidos en las playas de Tarragona y con centros de mármol.
El sector más externo y que limita ya con la calzada era trazado mediante dos cintas de basalto negro con ladrillo incrustado y mármol blanco.
Jujol situó por doquier bancos de varias formas y dimensiones para ofrecer descanso y brindar así la tentación de contemplar tanta magnificencia artística.
La fuente monumental sufrió a lo largo de los años repetidas mutilaciones que hicieron desaparecer elementos ornamentales menores. La peor y de mayor violencia fue la destrucción en 1974 de toda la corona pavimentada para rellenar el lugar con el anónimo y banal césped, lo que supuso expulsar a los peatones.
La obra no pudo estar para la inauguración de la Exposición de 1929 y la ornamentación tuvo que esperar un tiempo más
La cita con el olimpismo favoreció la restauración minuciosa de la fuente, con la reposición de toda suerte de detalles ornamentales y complementarios. Se perdió entonces una gran oportunidad para eliminar la actuación jardinera y reconstruir el original paseo creado por Jujol. Ahora se perfila otra ocasión propicia: la voluntad de que la original, creativa y excepcional acera fruto de la magia jujoliana sea reconstruida. Puede colaborar en tal desafío la asesoría del arquitecto Pere Casajoana i Salvi, autor de una brillante tesis doctoral (1986) sobre la fuente monumental y el artístico paseo de Josep Maria Jujol."
Ver: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20250324/10508451/rescatar-jujol.html
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