18 sept 2025

24/10/2024 Gipuzkoa. Oñate. Santuario de Aránzazu III: Interior

 "Interior de la basílica

Proyectada para acoger cómodamente a mucha gente, la basílica de Aránzazu tiene unas medidas de 66 m de longitud, 20 de anchura en la nave, 33 en los brazos de los cruceros y una altura de 20 m con una superficie de 1200 m². Su sonoridad es excepcional, lo mismo que su iluminación y su visibilidad.

Los confesionarios quedan escamoteados en los laterales sin ocupar espacio en la nave central. No tiene columnas que se interpongan entre el umbral de la basílica y el ábside. La nave, vista desde el altar, tiene la semejanza de un barco. La bóveda está recubierta de madera y los ventanales se asemejan a ojos de buey. 

Los ventanales están cubiertos por las vidrieras que diseñó el franciscano donostiarra fray Javier Álvarez de Eulate y que se realizaron en la localidad francesa de Metz. Estas vidrieras son motivos abstractos de multitud de colores. La nave queda en un nivel de luminosidad tal, entre el deslumbramiento y las tinieblas, que invitan al recogimiento. Debajo de los coros se buscó una iluminación mucho más restringida para aquellos que prefieren un recogimiento más íntimo.

Sobre los coros se sitúa el órgano cuya ubicación esta especialmente diseñada para su óptima sonoridad en todo el recinto basilical. Los teclados del órgano, tres manuales y uno de pie, están situados en el primer coro, el utilizado por los frailes; este coro consta de 155 asientos y posee un altar en el que se celebran los actos litúrgicos de la comunidad franciscana. El segundo coro queda muy alto, ofreciendo una impresionante vista de la nave.

El ábside

Decorado por Lucio Muñoz, el ábside de la basílica de Aránzazu ha sido llamado por algunos la Capilla Sixtina del siglo XX. Con una superficie de 600 m² fue realizado en cinco meses sin labor alguna de estudio. Junto con Lucio trabajaron el escultor Julio López y el pintor Joaquín Ramos. En él se enmarca a la pequeña imagen de la Virgen en medio de una alegoría de la Naturaleza.

Inspirado en el paisaje de la región, que confiesa le impresionó, Lucio Muñoz diseñó una obra acorde al paisaje y a la trascendencia del tiempo, a la religiosidad de los que acuden a visitar a su Virgen.

La iluminación del conjunto del ábside, que entra por un ventanal frontal superior, destaca la pintura y el cajetín donde se ubica la imagen, al cual se puede acceder mediante unas escaleras interiores para que los peregrinos lleguen a ver de cerca a su Virgen.

La parte baja del retablo está constituida por colores ocres, opacos y silenciosos en referencia al espíritu de la tierra de Guipúzcoa y Aránzazu. En la parte media, se aprecia un bloque de madera talado en formas muy agudas que hace referencia al espino en el que apareció la imagen. Sobre este bloque se abre el camarín donde se ubica la Virgen, y sobre el mismo se abren en azules de diferentes matices hasta desaparecer. A la derecha del camarín, también en azules se representa la paz que consiguió la aparición de la Virgen en Guipúzcoa.

La obra se inauguró el 28 de octubre de 1962 y en ella se invirtieron 65 m³ de maderas nobles, más de cuatro toneladas de raíles, 280 kg de tornillería, 433 m de ángulos de hierro y 280 l de pintura."

Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Santuario_de_Ar%C3%A1nzazu

Ver otras publicaciones del Santuario de Aránzazu  





























 
Nuestra Señora de Aránzazu . Foto: Txo

Retablo. Foto: Kent Wang  

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