21 oct 2018

11/05/2018 Girona. Palau Episcopal (Museu d´Art de Girona)

"A menudo olvidada, la primera pieza destacable del Museo de Arte de Girona es su propio continente: el edificio que durante muchos años fue el palacio Episcopal de la ciudad. Apoyado por una historia milenaria, la primera referencia que se tiene del Palacio data del año 988, cuando el obispo Gotmar III compró una casa en el conde Borrell, que estaría ubicada en la actual zona norte del palacio. No es, sin embargo, hasta el año 1167, a la muerte del obispo Guillermo de Peratallada, cuando se registra en el obituario de la catedral que «construyó el palacio». Seguramente este obispo había aprovechado y ampliado la antigua casa.
A lo largo del siglo XIII el conjunto se amplió siguiendo los gustos de la época y tomó el aspecto de un castillo, convirtiéndose en la primera construcción gótica de Gerona. En estos años se construyeron las dos torres (la de la fachada oeste y la de la prisión), el Salón del Trono, que unía las dos torres (donde ahora se exponen en retablo de Púbol y el de Cruïlles), y el Salón del Arco (donde actualmente se puede admirar el retablo de Segueró de Pere Mates). Todavía hoy se pueden observar todas estas dependencias durante la visita a la colección.
Durante los siglos XV y XVI continuaron las obras y ampliaciones del palacio, con los obispos Boil y Margarit, y fue entre 1500 y 1600 cuando el edificio pasó de castillo a palacio, con la apertura de ventanas que daban paso a la luz. También fue en estos años en que se llevó a cabo la ampliación que enlaza el ala nueva con la parte más antigua y que cubre desde la plaza de los Lledoners hasta el arco que cubre la actual vuelta de da paso al patio de entrada al museo. Así, la actual sala gótica del museo había sido el antiguo comedor del obispo. Anterior a esta obra podemos ver la pared sur del Salón del Trono, desde donde todavía se pueden ver unas ventanas de estilo renacentista que el mismo Margarit hizo abrir. Durante la Guerra de los segadores (hacia 1640), los soldados del rey concentrados en Cataluña cometieron excesos, también contra la Iglesia, que desencadenaron una revuelta social. Esto hizo que obispos y sacerdotes animaran a los sublevados contra las tropas. De hecho, unos versos de la canción popular deja entrever la situación:

el obispo los bendijo
con la mano derecha y la izquierda.
Es decir: bendijo con la derecha a los sublevados y con el izquierda excomulgó a los ocupantes. Como consecuencia, el palacio Episcopal fue ocupado durante dos años por los militares. Pasada ya la revuelta, el año 1756 se obispo recibió en su palacio al mismo Papa, entonces Benedicto XIV, un privilegio entonces extraordinario. Con motivo de esta visita se abrió la capilla contigua al comedor, conservada aún hoy, donde los obispos decían misa cada mañana. A lo largo de los sitios napoleónicos de 1808 y 1809 el edificio sufrió numerosos daños, más aún cuando los franceses, después de haber entrado en la ciudad, lo registraron de arriba abajo con el pretexto de encontrar un arsenal de armas. No fue hasta el año 1898, terminados los conflictos, que el edificio adquirió el aspecto que tiene hoy, cuando el obispo Tomás Sivilla compró la casa Falla, con el Jardín de los Escudos y el Patio del Pozo.
A raíz del estallido de la Guerra Civil en 1936, el obispo José Cartañà abandonó el palacio y se pensó en convertir el edificio en un museo del pueblo. Incluso se hicieron algunas obras, se habilitó una morada para el conserje y también se hicieron algunos destrozos para la búsqueda de un supuesto tesoro escondido en las paredes del palacio. Terminada la Guerra del edificio recuperó su función original y el obispo Narciso Jubany hizo, a partir de 1964, las últimas obras que debían dar una mínima comodidad en las salas. Fue su sucesor, Jaume Camprodon y Rovira, en 1973, quien ya no habitó nunca el palacio. Sin embargo, como último recuerdo de su función original, aunque se mantiene un despacho. Como testigos mudos de todas estas y otras obras, se mantienen los diferentes escudos repartidos por todos los rincones del Palacio, que conmemoran al obispo que reformó la parte donde se encuentran situados. El aspecto actual corresponde a la restauración del siglo XVI. Durante 2010 se construyó un ascensor en el patio de los museos, que creó polémica en cuanto al impacto estético producido"

Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_de_Arte_de_Gerona
Pujada de la Catedral, 12




















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