4 abr 2019

02/09/2018 Tesoros del MNAC CXCIII: Bartolomé Bermejo: Resurrección

"La «Resurrección» es uno de los cuatro compartimentos conservados de un retablo dedicado a Cristo, obra de Bartolomé Bermejo, pintor cordobés que desarrolló su labor conocida en la Corona de Aragón. La obra de Bermejo, caracterizada por un realismo carente de idealizaciones, incorpora algunas novedades de la pintura nórdica, como la utilización del óleo como aglutinante, que sustituye al temple de huevo. En este compartimento, Cristo sale del sepulcro ante la mirada de adoración de un ángel, mientras los soldados que vigilan la tumba quedan despavoridos por el milagro. En segundo término se ve a las tres Marías, que han salido de Jerusalén y caminan hacia el sepulcro con frascos de perfume para ungir el cuerpo de Cristo.
Parece que las cuatro pinturas formaban parte de un mismo retablo dedicado a Cristo Redentor. El martirio, la muerte y la resurrección ponen en valor el simbolismo de un sacrificio destinado a liberar a la humanidad de las acciones pecaminosas. Estas obras se documentan en París en 1898, en la colección del pintor Sáenz de Tejada. A su muerte, José Muñoz Ortiz las adquiere y las vende en 1914: dos al Museu d’Art i d’Arqueologia de Barcelona, gracias a la mediación de Salvador Sanpere i Miquel, y dos a Teresa Amatller i Cros, con la intervención de Josep Gudiol."

Ver: https://www.museunacional.cat/es/colleccio/resurreccion/bartolome-bermejo/015871-000

"Bartolomé de Cárdenas, más conocido por su apodo Bartolomé Bermejo (Córdoba, hacia 1440 -Barcelona, hacia 1501), fue un pintor gótico español activo en el último cuarto del siglo XV en tierras de la Corona de Aragón.


Biografía
De la vida de Bartolomé Bermejo, uno de los más destacados pintores del estilo hispano-flamenco, apenas se tienen datos. Se sabe que nació en Córdoba, pues en 1490 firmó la Piedad de la catedral de Barcelona con la fórmula «Bartolomeus Vermeio Cordubensis». Su apellido real era Cárdenas y el apelativo Bermejo (o Rubeus en latín) podría deberse a su aspecto físico; pudo ser pelirrojo, o tenía la tez rojiza, o gustó de vestir prendas de ese color.
Por su estilo, se ha supuesto por mucho tiempo que estudió en Flandes, pero no hay documentación que respalde una estancia en tierras tan lejanas, y hoy se tiende a pensar que Bermejo se inspiró en pinturas flamencas que llegaban a la península.
Sus trabajos documentados se localizan principalmente en los territorios de la Corona de Aragón, donde colaboró con Martín Bernat, su más directo seguidor, y Miguel Ximénez, entre otros, en obras como la restauración de la policromía del retablo mayor de la Seo de Zaragoza. Antes de su llegada a Aragón pudo estar en Valencia, donde dejó el San Miguel de la iglesia de Tous (1468) firmado «Bartolomeus Rubeus», actualmente en la National Gallery, Londres, con un donante perfectamente caracterizado a la manera de Dierick Bouts.
Debido muy posiblemente a su condición de judeoconverso, Bermejo fue un artista nómada, que tuvo que trabajar en diversas poblaciones; y debido al sistema gremial que impedía el trabajo a artistas foráneos tuvo que asociarse con artífices locales, que resultaron ser siempre inferiores a él.
Se documenta su actividad como pintor en Daroca entre 1474 y 1477, ocupado en el retablo mayor de la parroquial de Santo Domingo de Silos, aunque su presencia en esta ciudad es posible que sea algo anterior. En 1477 se trasladó a Zaragoza donde consta su presencia hasta finales de 1484, con obras en la Seo del Salvador y la primitiva basílica del Pilar, para la que en colaboración con Martín Bernat ejecutó el retablo del mercader Juan Lobera, contratado en 1479 y entregado el 10 de diciembre de 1484.
Desde 1486 se le encuentra documentado en Barcelona, donde compitió con Jaume Huguet por la adjudicación de la pintura de las puertas del órgano de Santa María del Mar y firmó en 1490 el retablo de la Piedad con san Jerónimo y el donante, el canónigo Lluís Desplà. Debía de residir aún en Barcelona en 1498, cuando se data la Santa Faz de la catedral de Vich, su última obra documentada. Las últimas reseñas sobre él aluden a trabajos menores, como el diseño de vidrieras, por lo que se supone que su etapa final fue económicamente precaria.

Estilo
La obra de Bartolomé Bermejo se inscribe en la tendencia hispano flamenca, siendo el maestro más representativo de la escuela aragonesa, sin vínculos con la pintura andaluza pese a su nacimiento en Córdoba.
Su estilo está influido por la escuela flamenca, en particular por Rogier van der Weyden, Jan van Eyck y Dirk Bouts, pero a quien más se acerca quizá sea al portugués Nuno Gonçalves por comunidad de intereses y formación análoga.
Rasgos flamencos en su arte son el manejo empírico de la perspectiva, la representación minuciosa de los detalles y la óptima técnica al óleo, que utiliza junto con el temple, así como el naturalismo en los rostros y el paisaje."

Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Bartolom%C3%A9_Bermejo








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